Aplicaciones Web
Cuando tenía 12 años, compré un juego en cassette para mi microordenador MSX. Después de cinco minutos de carga, apareció un error. El código fuente quedó al descubierto, y yo, fascinado, empecé a explorar las entrañas de aquel programa escrito en BASIC. Lo modifiqué, lo traduje al castellano y, en poco tiempo, aprendí los fundamentos de ese lenguaje de programación. Incluso llegué a enviar algunas pequeñas creaciones a una revista que publicaba listados de software mensualmente.
Esa primera incursión en el mundo de la programación fue solo el inicio. Más tarde, con experiencia consolidada en diseño web, aprender a programar en ASP fue un punto de inflexión, casi como adquirir superpoderes. Combinar páginas atractivas con funcionalidades útiles se convirtió en una pasión. Descubrí, además, que podía ganarme la vida con ello. Pasé incontables fines de semana y noches en vela desarrollando mi proyecto personal, una verdadera «navaja suiza» de servicios web. Creé un catálogo de plantillas de diseño, un servicio para registrarse automáticamente en buscadores —cuando aún existían alternativas a Google— y hasta un sistema de publicación de blogs inspirado en el éxito de WordPress. También diseñé un servicio de intercambio de banners, que alcanzó tal éxito que colapsó cuando un usuario con más de 10.000 visitas diarias se registró. Ese día aprendí que las bases de datos SQL Server son costosas y requieren mucho espacio.
Más tarde trabajé en LaNetro, la principal guía de ocio en internet, que evolucionó hacia los servicios de mensajería SMS. Allí desarrollé varias aplicaciones de las que me siento muy orgulloso. ¿Recuerdas los anuncios de televisión donde pedían enviar «Tono Bisbal» al 5565 o esos mensajes frenéticos para nominar a alguien en Gran Hermano? Sí, fui culpable de tu abultada factura telefónica. Y si usabas los chats SMS para ligar, debo confesarte que la rubia que te tenía encandilado era, en realidad, un compañero con barba del departamento vecino, usando una de mis aplicaciones de mensajería.
Después de eso, pasé a H2O Countrywide, donde mi labor comenzó como una simple actualización de informes y consultas masivas. Sin embargo, el proyecto creció hasta convertirse en una plataforma CRM completa. Esto me permitió crear un extenso repositorio de código que sigo utilizando hoy. Para simplificar el desarrollo de formularios y reportes, desarrollé mi propia herramienta que se conectaba a las bases de datos, generaba formularios con validación en JavaScript y automatizaba gran parte del proceso. Fue un framework rudimentario, pero increíblemente útil.
Mi pasión por el ciclismo me llevó a desarrollar un calendario de pruebas ciclistas. Automatizaba la recopilación de información de las páginas de las federaciones con un robot que la descargaba y la añadía a la base de datos. Aprendí estrategias de SEO para posicionar el sitio y, además, ofrecí un formulario incrustable para gestionar inscripciones en las carreras. Todo funcionó de maravilla… hasta que las federaciones comenzaron a ofrecer el mismo servicio de forma gratuita.
Con casi 15 años de experiencia y pensando que ya había dominado todo sobre ASP, me uní a Resales Online. Allí encontré una aplicación en ASP clásico, diseñada de forma original y eficiente, con un enfoque en capas. Con un equipo reducido de programadores, el proyecto ofrecía un gran potencial para desarrollar nuevas funcionalidades. Llevo ya trece años en este puesto, dedicado al soporte, corrección de bugs y creación de nuevos módulos. En este tiempo, no solo he crecido profesionalmente, sino que también he reforzado mi pasión por programar y superar nuevos desafíos.