Diseño Web

¡Mi primera página web! Corría el año 1998, y mi proveedor de internet ofrecía a sus clientes alojamiento web en servidores Microsoft con tecnología ASP y espacio para una base de datos Access. Tenía claro a qué quería dedicarme: al diseño y mantenimiento de sitios web. Así nació dymwebs.

Por aquel entonces, cuando aún buscábamos con Yahoo! o Altavista, internet era territorio exclusivo de grandes empresas y multinacionales. Mi idea era sencilla: reutilizar plantillas para reducir costes y ofrecer webs asequibles. Desde 10.000 pesetas, cualquier pequeño negocio podía tener presencia online en un servicio de alojamiento gratuito como Geocities. Mi primer cliente fue mi padre, quien impulsó mi proyecto con cariño. Luego llegaron una oficina de abogados, una empresa de selección de personal y un tarotista, que durante años fue mi cliente más fiel y a quien actualizaba su web regularmente.

El Salto Profesional

Mientras intentaba abrirme camino en el mundo de la informática, trabajaba en el departamento de marketing de una multinacional alemana. Allí administraba una base de datos Access y comencé a desarrollar mi interés por la programación. En aquellos años de las primeras cámaras digitales, una de mis tareas era fotografiar maquinaria de segunda mano y diseñar un folleto mensual con las mejores ofertas. Al descubrir un libro de programación web con ASP (Active Server Pages), puse en práctica mis conocimientos y desarrollé un catálogo web para la empresa.

Clientes y Experiencia Internacional

El dominio de los idiomas siempre me ha abierto puertas. Cuando empecé a buscar clientes en serio, llegué a una empresa en el centro de Madrid especializada en la edición de suplementos dominicales para diarios europeos. Me ofrecieron 50.000 pesetas por una página web multilingüe, dándome libertad creativa. Mis tutoriales de Photoshop, en una época sin YouTube, me habían preparado bien.

Presse Media, editora del suplemento de Handelsblatt, fue mi primer encargo. Al quedar satisfechos con el resultado, me encomendaron después la web de InterFrance Media, editora del suplemento de Le Monde. Por aquel entonces, los botones en JavaScript y las marcas de agua eran lo último en diseño web.

Para World Report, suplemento de The Guardian, añadí banderas de cada país en un listado. La idea gustó, pero recibí una llamada urgente: “Hay un problema con la bandera de Sudáfrica. Es la anterior al final del apartheid, y nos han contactado desde la oficina de Nelson Mandela para que la corrijamos”. Aquello me enseñó la importancia de prestar atención al detalle.

Consolidación como Programador

Pronto me convertí en programador de plantilla, aunque seguía diseñando webs. Desarrollé la página de Sagent Ibérica, donde aprendí sobre Data Mining. Cuentan que gracias al Data Mining, un supermercado detectó que los viernes aumentaba la venta conjunta de pañales y cerveza, deduciendo así las necesidades de los jóvenes padres. Al colocar las cervezas junto a los pañales, incrementaron las ventas.

Para AT Systems, empresa especializada en Data Warehousing, diseñé su página web y colaboré en varios proyectos, consolidando mis conocimientos en SQL. Ahora no hay JOIN ni multidimensión que se me resista. Incluso desarrollé mi primera pasarela de pago con tarjeta de crédito para un negocio de servicios nutricionales.

Proyectos personales y Freelance

Continué desarrollando webs, tanto de forma freelance como para las empresas que trabajé. Renové mi catálogo en mi proyecto personal dymwebs y puse en funcionamiento la página de Road2Web/Ofitecsti, empresa madrileña de servicios para la que trabajé un año.

Nunca llegué a ganarme la vida dando pedales, pero sí me dediqué a desarrollar algunos proyectos en el mundo del ciclismo, una de mis grandes pasiones. Quedó atrás la época de la maquetación en tablas y diseccionando diseños en Photoshop. WordPress pegaba fuerte y se consolidaba como la herramienta más útil para el diseño de webs. Durante un par de ediciones del famoso Desafío del Buda, diseñé la página de presentación de la prueba. En el C.C. Veleño necesitaban, además, una herramienta para gestionar las inscripciones a la carrera.

Después del evento de MTB, fue el turno para la carretera. La Clásica del Pavo también necesitaba de una web en un formato muy parecido.